2020 y 2021 fueron dos años importantes en la historia de la Fundación Miguel Delibes. El centenario del nacimiento del escritor abrió en octubre de 2020 un enorme despliegue de actividades para recordar a la figura contemporánea de referencia en las letras vallisoletanas. Un año de esplendor y grandes eventos, a pesar de la pandemia, que ha supuesto un impulso definitivo a la labor que realiza la fundación que custodia su legado.


Este 2022 es el año después, una nueva etapa que analizamos con Fernando Zamácola, director gerente de la Fundación Miguel Delibes. También conversamos con él con las viejas deudas que Valladolid y Castilla y León siguen teniendo con la institución cultural, como la tantas veces prometida sede y un museo para una figura esencial de la cultura vallisoletana.


Pregunta. ¿Qué balance hace del centenario de Miguel Delibes que tuvo que adaptarse a las exigencias de la pandemia?


Respuesta. El centenario de Miguel Delibes, obviamente, tuvo que plegarse a los condicionantes que a todos nos impuso la pandemia. Fundamentalmente, el impacto consistió en reducir actividades y sustituir unas por otras, reducir las audiencias, impactos y alcance de muchas de las que teníamos propuestas, pero también fue una oportunidad para incursionar en nuevos canales, formatos y metodologías que nos permitieron, por una parte atenuar levemente el impacto de las limitaciones por la pandemia y ,por otra parte, acceder a nuevas audiencias que hasta entonces estaban más alejadas de Delibes.


Si debo extraer un balance resumido del centenario yo diría que hemos podido constatar que Delibes sigue muy vivo y reconocido por nuestra sociedad, que nos ha expresado a la vez su admiración y cariño por él, lo cual se refleja fundamentalmente en que sigue siendo un autor muy leído y vigente.



P.¿Qué ha supuesto para la fundación?


R. Para la fundación el centenario ha supuesto un salto cuantitativo y cualitativo respecto del número de actividades que llevamos a cabo, de su naturaleza y de su alcance. Hemos tenido que reorganizar nuestra manera de gestionar los proyectos, empezando por los criterios para seleccionar en qué actividades entramos y en cuáles no y continuando por desarrollar una estrategia de alianzas con socios públicos y privados que nos permitiera hacer otro tipo de iniciativas y profundizar en algunas de las que ya veníamos haciendo.



P. ¿Qué momento destacaría del centenario? ¿Qué les ha emocionado más?


R. Para mí hay dos hitos fundamentales: la inauguración de la magna exposición en la Biblioteca Nacional a cargo de SSMM los Reyes y la estatua a Delibes en Valladolid, obra de Eduardo Cuadrado. La primera da una idea de la solemnidad que el autor merece. La segunda nos recuerda a un Delibes vecino y ciudadano en sus paseos cotidianos, tal y como acostumbrábamos a verlo por Valladolid.


P. ¿Y qué ha quedado por hacer?


R. Hay muchos proyectos que se quedan por el camino y no siempre es por culpa de la pandemia. La mayor parte de los casos suele suceder porque no logramos la cofinanciación y los patrocinios que requeriríamos. Quisiéramos haber podido hacer un gran vídeo mapping proyectado sobre la fachada del Ayuntamiento, pero era un proyecto costoso y que, por las limitaciones de aforo en la pandemia, no deberíamos plantearnos, pues su objetivo era precisamente congregar a mucha gente en la Plaza Mayor de Valladolid para asistir a las proyecciones. También pensamos en su día en desarrollar plataformas digitales de formación centradas en el aprendizaje del idioma a través del léxico de Delibes, pero, una vez más, nos faltó el patrocinador que pudiera dar el impulso necesario a este proyecto. En general, teníamos muchas más ideas de las que la financiación nos permitía llevar a cabo y, supongo que es ley de vida en organizaciones como la nuestra, al final todos tenemos que ajustarnos a un presupuesto y priorizar.



P.¿Cómo está planteando este 2022 la fundación? El año después de tanta exposición mediática… ¿cómo se da continuidad a toda esa actividad?



R. El año 2022 es el primero después de la celebración del centenario de Delibes como acontecimiento de excepcional interés público lo cual implica, entre otras cosas, una reducción en el presupuesto. Nuestro gran desafío es intentar mantener un nivel de actividad similar al de los años anteriores, pero centrada en profundizar en aquellos proyectos que queremos mantener en el tiempo, alejados de los grandes eventos y poniendo la atención en aquellos que queremos que nos definan, que sean seña de identidad para a los usuarios de nuestras actividades, como por ejemplo, los programas escolares, los proyectos relacionados con el periodismo, la internacionalización de la figura de Delibes, la defensa del medio ambiente y mundo rural, etc. Esto en relación a la actividad.


En relación a la financiación de esa actividad, seguiremos intentando crear nuevas alianzas con el sector público y privado, consolidar modelos de financiación popular (Crowdfounding), como el Club Delibes para particulares y empresas y desarrollar mucho más nuestra capacidad de generación propia de recursos con productos de merchandising, nuestra tienda en línea, etc.



P. ¿Cuál es el objetivo que se marca la fundación a corto plazo?



R. El principal objetivo en términos internos es mantener la sostenibilidad económica y financiera que nos viene caracterizando desde que iniciamos nuestra actividad, con transparencia y un crecimiento medido y razonable. En términos externos, nuestro objetivo es ser percibidos como una institución cultural que genera valor añadido en dos ámbitos: oferta cultural y oferta turística.



P. Hay una gran apuesta por la divulgación de la obra de Delibes y de iniciación a la lectura en centros escolares. ¿Faltan actividades llamativas para que los chavales se conviertan en lectores?



R. Damos mucha importancia a las actividades dirigidas a escolares y profesores en nuestro afán de promover la lectura como herramienta de adquisición de conocimiento además de entretenimiento. Ahora bien, como comentas, no es tarea fácil porque competimos con las pantallas, el mundo digital, la inmediatez…


Para trabajar con jóvenes y escolares nos está resultando útil nuestra apuesta por nuevos canales, formatos y metodologías que te comentaba antes y que van desde las redes sociales hasta el empleo del juego como herramienta formativa (gamificación), los talleres didácticos o el guiñol. Desde hace un año hemos desarrollado una actividad de “Escape Room” que podemos trasladar casi a cualquier lugar y que está siendo todo un éxito.


También hemos descubierto que para generar interés entre los más jóvenes es una buena estrategia trabajar con algunos temas de Delibes (medio ambiente, animales, medio rural, infancia, defensa de los desfavorecidos, etc.) con los que los chicos de hoy en día conectan con facilidad. Así, a partir de los temas, les vamos llevando hacia la obra y, si logramos que lean un poco más, ya podemos darnos por satisfechos.



P. No sé si cree si sigue vigente aquella estrategia de obligar a leer a los niños obras maestras en muchos casos en edades que no permitían disfrutarlas ni comprenderlas. A muchos eso nos hizo odiar grandes clásicos durante años hasta que volvimos a ellos de adultos. ¿Cómo se introduce a los niños en la lectura sin pasarse de frenada?


R. Hay libros de Delibes más apropiados para algunas edades que otros. Para edades de primaria, los libros de carácter más autobiográfico como Mi vida al aire libre, Tres pájaros de cuenta, Mi querida bicicleta... son perfectos porque hablan de naturaleza, deporte o animales. Para un poco más adelante hay obras magníficas como El Camino que, a la vez que entretienen, divierten y emocionan, ya nos hablan de cuestiones más profundas, esas que aspiramos a que calen hondo en nuestros niños, los futuros ciudadanos.


Ahora bien, los escolares tienen una capacidad de asimilación mucho más profunda de lo que solemos pensar. De lo que se trata (y eso es lo difícil) es de guiarlos por esas lecturas, hacerles entender el contexto y fomentar que se hagan preguntas, que estimulen su pensamiento crítico. Aquí es donde aparece la figura fundamental del maestro que es quien tiene el poder de ayudar a los niños a sacar todo el potencial de cada obra. Todos nos acordamos de algún querido maestro que en su día nos ayudó a ver más lejos, a interesarnos en profundidad por un tema. ¡Qué difícil y qué necesaria la labor de nuestros maestros!



P. Hay ediciones de Delibes para niños, como Mi primer Delibes. ¿Ese es el camino?



R. Es uno de los caminos. Esa edición, impulsada por la Fundación de Castilla y León, es una joya que, efectivamente, ayuda a acercar a Delibes a los niños que todavía no pueden leer textos más complejos. Estamos actualmente considerando algún otro proyecto similar. Otras estrategias, como te decía antes, tienen que ver con los temas o con el uso de nuevas metodologías. Es importante no tener miedo a innovar y mirar alrededor, aprender de los que ya han ido por delante.



P. Dicen las estadísticas que en los últimos años y como consecuencia de la pandemia ha subido el número de lectores habituales y la compra de libros. ¿Es un buen momento para la lectura?


R. La pandemia nos ha recordado que hay otras maneras de pasar el tiempo que no tienen nada que ver con las pantallas. Se han vendido muchos libros y se ha releído mucho también. Sí creo que ha sido uno de los escasos efectos colaterales positivos. Pero no nos engañemos: se sigue leyendo poco (mucha gente ni un libro al año) y se debería leer más y mejor. Seleccionar mejor qué se lee y hacer de la lectura un entretenimiento tan popular como la televisión, las plataformas o los videojuegos. No es fácil.



P. Se perciben dos deudas de Valladolid con Miguel Delibes, no sé si estará de acuerdo. La sede definitiva para la fundación y un museo sobre su vida y obra…



R. Para mí las dos van intrínsecamente unidas, forman parte de lo mismo. No lo llamo deuda porque no queremos que se nos vea como un acreedor que reclama un pago, pero sí creo que es un compromiso incumplido con la fundación, mientras que nosotros, como institución, llevamos once años trabajando y sacando proyectos adelante en unas oficinas prestadas y con las cosas de Delibes amontonadas en un piso vacío que la familia podría perfectamente haber vendido o dispuesto de él. Me consta que se han hecho distintas aproximaciones e intentos por parte de diferentes administraciones, pero lo que no me consta tanto es que alguien con voluntad política y capacidad de decisión haya tomado este proyecto de la mano y haya asumido la responsabilidad de sacarlo adelante sí o sí que es lo que verdaderamente hemos echado en falta. Y no porque lo quiera la Fundación Miguel Delibes, sino porque no creo que sea fácil encontrar una figura capaz de aglutinar en torno a sí misma tal nivel de aceptación, consenso y respaldo popular; capaz de, como diría Godofredo Garabito, aunar voluntades, como la de Miguel Delibes. Si en nuestra tierra no somos capaces de honrar a los nuestros con un personaje de esta talla, quizás deberíamos pasarnos todos a la cultura de Disney y Starbucks. Sin embargo, los de fuera, los que viven lejos, inmersos en otras culturas, esos no dejan de decirnos cada día lo grande que para ellos es Delibes. Parece que solo apreciamos lo propio cuando se va, cuando lo perdemos.



P. Tras varios intentos y posibles ubicaciones, ¿sigue sin haber un plan concreto y un edificio para una sede de la fundación?



R. Personalmente estoy a la expectativa. No se si, con el adelanto electoral, hemos vuelto de nuevo a la casilla de salida doce años después de la muerte de Delibes o si, por el contrario, vamos a ver un nuevo gobierno regional que de verdad cree en esto y le va a dar el impulso político que necesita. Me gustaría que me hicieras esta pregunta dentro de unas semanas porque tendría más elementos para responderte.



P. Esa sede traería de la mano el museo, ¿o prefieren que fueran dos proyectos independientes?


R. Desde el primer momento hemos dicho que son la misma cuestión. Necesitamos un espacio que dé respuesta a tres necesidades: albergar la sede permanente de la Fundación Miguel Delibes, sus oficinas, archivo, etc. Tener un espacio expositivo permanente que nos sirva para mostrar el legado personal de Delibes, su escritorio, biblioteca, etc. Contar con un salón de actos en el que poder realizar los actos públicos habituales de la fundación, al menos los que hacemos en Valladolid, pues la actividad de la fundación es mucho más rica y variada que la que se circunscribe a un museo, incluyendo exposiciones itinerantes, programas formativos, etc. El inmueble que pueda dar cobijo a estas tres actividades debería convertirse en un nuevo faro de la actividad cultural y turística en nuestra ciudad y en un factor de atracción y dinamización.


La fórmula ideal sería la cesión de uso de un inmueble adquirido y adaptado en una fórmula de consorcio o similar en el que las administraciones ceden el uso y la Fundación Miguel Delibes aporta el legado y genera la actividad cultural y turística. Quizás lo más parecido que haya hoy en Castilla y León sean un museo regional y el convenio que se firmara con la Fundación sería el que determinara la gobernanza y desarrollo de actividades.



P. Miguel Delibes era un defensor orgulloso de su tierra y sus gentes. ¿Nos sigue faltando orgullo de lo nuestro en Valladolid y en Castilla y León?


R. Creo que ya he contestado antes a esta pregunta. Obviamente, sí. Pero para mí es una cuestión que va mucho más allá del orgullo. Se trata de poner en valor nuestros recursos. Si fuéramos las Islas Canarias, una de nuestras ventajas competitivas sería el mar. Como somos Castilla y León, no tenemos mar, pero tenemos otros recursos. El patrimonio cultural, Delibes y el aprendizaje del español son parte fundamental de nuestras señas de identidad y también factor de atracción. Busquemos la manera de que rindan más.



P. ¿Hay algún perfil de Delibes por descubrir y que les gustaría potenciar los próximos años?


R. Hay tantas lecturas de Delibes como lectores y eso implica que siempre descubrimos nuevas facetas, nuevas miradas, nuevas aproximaciones… Está claro que la defensa del medio rural y del medio ambiente son cuestiones que van a estar encima de la mesa durante mucho tiempo de aquí en adelante, que van a ganar en importancia y en eso Delibes fue un pionero y nosotros trataremos de darle relevancia.


P. En alguna entrevista le he leído que la figura de Delibes podría ser un atractivo para que Valladolid crezca como lugar para aprender español. No sé si hay alguna iniciativa en marcha para impulsarlo.



R. El uso que Delibes hace del español con sobriedad en el lenguaje, su precisión a la hora de seleccionar el vocabulario y esa especial capacidad para llevar al papel la oralidad del habla en el siglo XX nos hacen pensar que sí, que podría ser un factor interesante a desarrollar. Ya nos han preguntado en algún viaje al extranjero sobre posibilidades de venir a aprender español a Valladolid. Quizás sea una oportunidad para trabajar conjuntamente con la Universidad de Valladolid y sus cursos de español para extranjeros. Nosotros, como siempre, estamos para ayudar a generar valor a nuestro alrededor.