El soneto de Godofredo Garabito en el 75 aniversario del pregón de las Siete Palabras
La Cofradía de las Siete Palabras de Valladolid ha celebrado el 75 aniversario del Pregón de las Siete Palabras con un recital poético en el que se han declamado algunos de los sonetos que se han pronunciado en las calles y plazas de la ciudad cada Viernes Santo durante todo este tiempo. Un emotivo acto en la Academia de Caballería en el que han participado autores como Ángel María de Pablos, Carlos Aganzo o Miguel Rodríguez Bajón. También se ha recordado a otros autores desaparecidos como el caso de Godofredo Garabito que fue el encargado del soneto en 1995.
El nieto de Godofredo Garabito y presidente de la fundación cultural castellana que lleva su nombre, Guillermo Garabito, ha sido en el encargado de recordar al escritor y humanista. Durante su intervención ha subrayado como durante décadas para los todos escritores de la ciudad había dos encargos a los que aspiraban: ser pregonero de la Semana Santa y escribir el soneto del Pregón de las Siete Palabras. En caso del soneto de Godofredo Garabito de 1995 considera que “para mí, quizá porque sea su nieto pero con objetividad crítica les digo que tiene los dos mejores tercetos que yo he leído en los pregones de estos 75 años. Concentrado en seis versos todo el milagro del Viernes Santo en Valladolid, de su Plaza Mayor hecha templo de toda la Cristiandad y de una ciudad entera que reza y calla hacia dentro”.
Este 2019 se volverá a leer el primero de los sonetos que se escribieron para el Pregón de las Siete Palabras en 1944. Su autor fue Félix Antonio González: “Oíd, oíd, oíd! pueblos dormidos / siete palabras presas en el viento// siete corceles del dolor huídos”. “Oíd la voz humana, casi aliento / de los labios más altos, desprendidos / de tanta sed y tanto rendimiento”. “¡Oíd, oíd , oíd! pueblos dormidos// siete palabras presas en el viento. / Aprestad a su luz nuestros oídos”.
SONETO DE GODOFREDO GARABITO (1995)
Sabed, Valladolid, que esta mañana
en tu Plaza Mayor, enardecida,
oirás del Rendentor su voz herida
fluyendo en hontanar por la besana.
Acude, pueblo fiel que Dios se afana,
en trance de morir y en su partida
quiere hablarte de amor en esta vida
cual espiga de paz que se desgrana.
Siete gritos de amor en Testamento
brotarán de su boca agonizante,
rompiéndose la luz en el momento
que el Hijo de Dios muera al instante
en medio del dolor y del tormento
se hará la redención mundo adelante.